miércoles, 27 de enero de 2010

Siéntase pleno con la terapia holística.


Es muy común que nos preocupemos por tener un cuerpo en forma, que sea estético y bello a la mirada de los demás. Sin embargo, un cuerpo sano y delgado no es solo uno que posea una armonía exterior, sino también aquel que posea energía, vitalidad, y un buen equilibrio. La holisticoterapia, nos permite lograr esa conjunción.

La holisticoterapia, es un conjunto de técnicas para lograr una belleza exterior y una salud interior, mediante una adecuada alimentación, ejercicios físicos, y la práctica de la respiración.

Los beneficios concretos de su práctica, consisten en lograr una mejor circulación sanguínea, mejor capacidad de respuesta pulmonar y cardiovascular, una mayor flexibilidad, agilidad, fuerza en el cuerpo, un aumento de la energía, y una reducción de los niveles de depresión, debilidad y tensión.

Para comenzar, es necesario armarse de paciencia para efectuar una dieta gradual, ya que el organismo, no tolera bien los cambios de alimentación demasiado drásticos ni los grandes esfuerzos físicos, por lo que el avance debe ser escalonado, y no de un día para el otro.
Sería muy importante ir anotando en un cuaderno nuestros avances, de forma tal que podamos planificar cuidadosamente los cambios realizados, que se proyectan realizar, y cuales son sus efectos.

Alimentación sana, la primera de las claves

Para lograr un cuerpo sano, es fundamental reducir la ingesta de las calorías. La forma de hacerlo, es no comiendo muchas grasas, -presentes sobre todo en las frituras y los aceites-, ni carbohidratos, como la harina blanca (puede ser reemplazada por la integral), el arroz, o las papas.

Otro elemento muy nocivo, es la sal, puesto que el cloruro de sodio que la compone, -fundamental para mantener el equilibrio de los fluidos, regular el ácido, y ayudar al potasio en la contracción muscular-, también puede ser perjudicial en grandes cantidades, provocando celulitis, retención de líquidos, presión alta, y aumento de colesterol. Asimismo, el alcohol predispone a la rotura de los capilares, la celulitis, y la obesidad.

Se debe también suprimir el chocolate y el café, y reducir la ingesta de té, puesto que estos compuestos contienen estimulantes que afectan el sistema nervioso, causando insomnio, estrés, y depresión. Algo similar sucede con el cigarrillo, que elimina del cuerpo la vitamina C.

Además, se debe elegir el pollo o el pescado antes que la carne roja, que nunca debe ingerirse en más de dos porciones semanales.

Finalmente, es bueno disminuir el consumo de productos lácteos, que favorecen el desarrollo de bacterias intestinales y dificultan la digestión, (se recomienda elegir siempre los productos descremados), la levadura, que al entrar en contacto con alimentos que poseen azúcar empieza a fermentar y a alterar la flora intestinal, y huevos, que no deben exceder dos unidades semanales. Lo que sí se debe aumentar, es el consumo de frutas y verduras.

La importancia del diagnostico

Es muy importante examinar su cuerpo con objetividad. Lo que esto significa, es no ser demasiado crítico ni complaciente con el mismo. Para ayudarlo en su diagnostico, hemos preparado este sencillo formulario de preguntas que, respondiéndose francamente, le podrá dar una idea de cual es su estado actual.

¿Es usted una persona pesada, de movimientos lentos?
¿Puede estirarse y flexionar su cuerpo, hasta lograr colocar su columna en forma paralela a sus piernas, sin doblar la rodilla?
¿Puede hacer varios movimientos, como por ejemplo al danzar, sin tropezar ni perder el equilibrio?
¿Suele hacer ejercicios físicos, dos o más veces por semana?
¿Se siente pleno, con vigor, y con buenos reflejos?

Recuerde que sus respuestas podrían variar semanalmente, por lo que debe actualizarlo, hasta conseguir los resultados deseados.

Trabajo físico, el complemento ideal

Como señalamos anteriormente, el método de la terapia holística, no se compone solo de una dieta adecuada. El ejercicio físico también es fundamental para su efectividad, sea cual fuere el ejercicio elegido para realizar.

Algunos de los mas recomendados son los siguientes:
Proyectar los músculos glúteos hacia fuera, y echar los hombros hacia atrás, formando un arco con la columna vertebral.

Empujar, suavemente, la pelvis hacia delante, y alisar el arco de la espalda todo lo posible, empujando la caja torácica hacia atrás.

Estirar la parte superior del cuerpo, empezando por el estomago y siguiendo por el pecho. Luego, girar lentamente la cabeza. Se debe mantener en esta posición el máximo tiempo posible.

Finalmente, acostarse en el suelo, apoyando la espalda en el piso, levantar las rodillas, y mantener la columna lo más recta posible. Luego, se deben doblar y estirar las rodillas en esa misma posición.

La respiración, un aliado oculto

Una buena respiración puede mejorar nuestra capacidad pulmonar, lo que redunda en un mayor equilibrio dentro del organismo. Aunque es cierto que el ejercicio respiratorio es una actividad mecánica, antes que voluntaria, no menos cierto es que, con ciertos ejercicios, puede llegar mejorarse.

Para lograrlo, no debería contener nunca la respiración, sino inhalar de forma profunda y exhalar el aire a fondo. En el caso de que esté muy nervioso, y por ende se respire mal y agitadamente, trate de de absorber todo el aire posible sólo por la nariz, contenerlo durante un pequeño lapso de tiempo, y expulsarlo, de a poco, por la boca, hasta sentir que ya no tiene nada más que exhalar en el interior de su ser.

Estos ejercicios, poseen mejores resultados si se los hace recostados contra el suelo, con los ojos cerrados, y con música que lo relaje. Si logra realizar estas prácticas durante sólo cinco minutos diarios, podrá experimentar grandes mejorías en su forma de respirar.

Si luego de efectuar las prácticas citadas comienza a sentir dolores, debe suspenderlas y consultar al médico. Si solo se trata de pequeñas molestias, no debería preocuparse, ya que son habituales por el cambio de ritmo.

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